Tarzaán

Alejandro Villalobos

Crítica

Paisaje , Pintura , Galería 11-12

Un aguacero de obras de arte caerá sobre la Galería 11-12

Por Andrea Solano. | Mayo 2008

El artista costarricense Alejandro Tarzaán Villalobos no entiende por qué la imagen idílica de un paisaje costarricense es una hermosa playa bajo un sol radiante cuando en Costa Rica llueve durante nueve meses al año.

La más reciente exposición de Villalobos, Al filo de la lluvia , se inaugura esta noche en la Galería 11-12, ubicada en Plaza Itzcatzú, en Escazú, San José.

Con esta muestra, el artista quiere hacer visible el paisaje lluvioso, generalmente ignorado. “En este país llueve la mayor parte del año, pero los costarricense no se identifican con la lluvia”, opinó el pintor.

Según Villalobos, esa negación que hace el tico de la lluvia le impide valorar los tesoros naturales que en gran parte le debemos a ella. La relación entre el ser humano y su entorno natural ha sido un tema constante en la producción artística de Tarzaán.

Sin embargo, confesó que su mensaje no es “ecologista” y su visión sobre el futuro del ambiente es pesimista.

“El grado de estupidez humana ha sido tal que ya hemos acabado con todo. Ya no hay nada qué hacer”, sentenció Villalobos.

Sus obras pretenden servir como testamento pictórico para las generaciones futuras de lo que una vez fue el planeta Tierra.

“El paisaje lluvioso es bello. Me encanta ver las nubes peleando entre sí y con el viento”, agregó.
Técnica cómplice.

Al filo de la lluvia reúne 12 obras de gran formato cuyo soporte es la tela, pero están hechas con materiales de uso industrial. Entre ellos pintura asfáltica, polvo metálico, aluminio, esmaltes y barnices.

La experimentación con los materiales es otra de las características que identifica la obra de este arista, cuya primera exposición individual fue en 1987.

“La selección de los materiales no es fortuita, pues elijo aquellos que me permiten reforzar el mensaje detrás de mis obras”, explicó Tarzaán . Y es que todos estos materiales tienen en común un proceso de extracción nocivo para el ambiente.

Estas obras plasman una interesante ambivalencia al rescatar en pintura un paisaje natural ya casi extinto a partir de materiales nada amigables con el ambiente.

El artista utiliza colores sobrios como marrón y gris para capturar cielos tormentosos.