Tarzaán

Alejandro Villalobos

Crítica

A estas alturas del partido entre arte y tiempos nuevos, uno asiste a las confrontaciones artísticas con la paja tras la oreja, y solo la quita de ahí y la muerde cuando se encuentra la verdad de un hecho estético.

Bienarte 97 pone la paja en la boca varias veces: con los seis ganadores y, además, con no pocos de la selección de 50 finalistas.

La sospecha es que este jurado -integrado por Mary Ann Martin, galerista norteamericana, especialista en arte latinoamericano; el crítico e historiador del arte cubano-mexicano Osvaldo Sánchez, y el crítico costarricense Klaus Steinmetz- la pegó: balance, novedad, calidad. Y madurez en movimiento.

“¡Qué estimulante: hay nuevos artistas y con calidad, y vienen en parejas!”, exclamó la artista Cecilia Paredes en la inauguración de Bienarte 97, en la sede del Centro Costarricense de la Ciencia y la Cultura (Museo del Niño). Ella se refería en concreto al pintor Claudio Fantini (26 años, uno de los ganadores), quien está casado con la joven escultora Victoria Montero (premio Aquileo J. Echeverría en Escultura del 96).

Y sí, hay en esta Bienal fenómenos que observar y con mucha atención. Artistas consagrados con propuestas nuevas y nuevos artistas con horizonte de sobra.

Mecenas de esta Bienal es la fundación Empresarios por el Arte, encabezada por el arquitecto Ronald Zürcher e integrada además por Olga Solera de Jiménez, Margarita Herdocia de Montealegre y André Garnier Kruse. Ellos piensan continuar con la iniciativa.

El sexteto de premiados viajará a Guatemala en julio de 1998, a participar en la Bienal Centroamericana.

Por de pronto, quisimos reunir a los seis galardonados para respirar con ellos los aires del quehacer actual y compartirlos con ustedes.

Tan distintos como sus lenguajes: Otto Apuy, Adrián Arguedas, Victoria Cabezas, Claudio Fantini, Fabio Herrera y Alejandro Villalobos (Tarzáan), accedieron a responder a una entrevista igual para todos, ellos tan disímiles. Pero ahí te ya, sorpresa: tienen, en común, y no solo el estar allí reunidos en el Museo del Niño por una feliz circunstancia compartida.

Otto y Fabio se caracterizan por responder sin dudas: claro y conciso, el segundo; reflexivo y detallado el primero, en armonía con su madurez conquistada a fuerza de inclaudicables; Vicky razona con su personalidad rebelde a su manera sólida y sensata; Adrián y Claudio se muestran prudentes y humildes desde su juventud forjadora, aunque no menos maduros, y Alejandro Villalobos rompe los esquemas de la conversación con sus comentarios provocadores, tanto como sus cuadros polémicos.

De dónde viene y hacia dónde van ?

Otto Apuy: -Mi búsqueda es hacia la identidad y la pluralidad cultural, hacia mi yo. Los elementos que han conformado mi estética son lo costarricense y lo guanacasteco. Ese es el sentido de las jicaras, para lograr una identificación del espectador con sus propios elementos. De dónde vengo lo contesta eso también. Pertenezco a una generación madura que se manifiesta con el arte conceptual; el hecho reflexivo me ha hecho llegar a lo propio, a mi esencia.

Claudio Fantini: -En este momento estoy experimentando con la idea y la sensación de lo efímero, del desgaste; vengo trabajando con las imágenes de la presencia de la muerte, con estructuras que reprimen la posibilidad de trascender de las formas, de las figuras humanas. Como artista joven, llevo poco tiempo; apenas me estoy planteando mis posibilidades en relación con la obra y cómo puedo conectar mi vida con ella, que se correspondan la una y la otra.

Fabio Herrera: -Al principio de mi carrera hice academia y por lo tanto paisaje y retrato, después creo que he intentado estar al día con las vanguardias y los movimientos contemporáneos. En algún momento pensé que no tenía muchas posibilidades como pintor...

- ¡¿Por qué?! -

Fabio: -Estaba dudoso, me sentía inseguro. Ahora estoy experimentando con varias cosas simultáneamente y tengo muchas inquietudes y mucha fe en el arte. Me parece que tengo mucho por delante.

Victoria Cabezas: -El hecho de haber llegado a la fotografía desde el grabado me alejó de la fotografía ‘pura’ y me llevó, desde hace muchos años, a aplicar y defender la fotografía 'manipulada’. He defendido que raciocinio, intuición, forma y contenido, converjan después de procesos creativos muy lejanos al grabado de la imagen fotográfica, convencida de que descubrimiento y creación van mano a mano.

Sin embargo, cuando llegué a enfrentar con mi cámara lo que ha ocupado mi atención durante los últimos años -las imágenes religiosas en la cultura popular costarricense- me alejé de los procesos técnicos y las experimentaciones usuales, por considerar que había encontrado algo que merecía ser examinado con otros ojos: imágenes que conviven con un pueblo y que, en esa convivencia, asumen y expresan su identidad. En las obras que presenté en Bienarte 97 finalmente me permití la libertad de enfrentar este tenía desde otra perspectiva: la resultante de haber llegado a la fotografía desde el grabado y a la pintura desde la fotografía, y de haber perdido el temor a abordar el tema desde un punto de vista más personal. Llegar, desde la fotografía, a otras formas de expresión que me permitan explorar y madurar los temas que me interesan, es el reto que espero aceptar.

Adrián Arguedas: -Comencé con el grabado, y lo sigo. Ahora trabajo distintas técnicas independientemente porque la técnica no es el fin, el fin, es comunicar, y si después tengo que hacer escultura pues la haré: no hablo de hacia dónde voy, pues trabajo las técnicas en función del contenido.

Alejandro Villalobos: -Vengo de mi pasado y voy hacia mi futuro ¡tremendamente prometedor!.

- Dentro de esa trayectoria, ¿qué significa para ustedes este momento ?-

Otto: - Refleja la última investigación en pintura y significa el hecho de confrontar esa vanguardia pictórica con otros países centroamericanos, lo cual indicará lo que se está haciendo aquí, y si tiene validez. La reflexión de la pintura es una reflexión del entorno histórico del país; esto es interesante.

Fabio: -Yo quería clasificar; quería quedar entre los que van a representar a Costa Rica en Guatemala. Me asesoré con gente, con curadores, para que opinaran sobre los mejores trabajos que tenía yo en mi estudio, con el interés de clasificar. Escogí los trabajos en los que había dado más de mí, que tuvieran más fuerza, atrevimiento, y que fueran un poco lúdicos y misteriosos, aunque no necesariamente los que la gente conocía de etapas anteriores, para ser más arriesgado. Tenía tiempo de no participar en concursos...

Claudio: - Para mí. la fecha de aparición del concurso coincidió con una etapa de mi proceso en que me sentía más seguro, después de haber experimentado bastante. Es muy estimulante el ser aceptado y ser premiado.

Vicky: - Haber participado en esta Bienal fue emocionante pues también coincide el momento concreto con el momento de estar obteniendo resultados con los cuales me siento satisfecha. Acabo de tener una exposición en el Teatro Nacional que se relaciona con esto: todo estaba funcionando para mí, tanto a nivel técnico como conceptual. Creo que fue afortunado. No fue que supe de la Bienal y me preparé para ella.

Adrián: - En mi caso, este es el año cuando mostré mi etapa de la pintura, un proceso que viene desde el 93. Es como una culminación del proceso que he tenido en pintura, pero apenas estoy comenzando a pintar.

Alejandro: -Para mí es un reconocimiento de los varios que aquí me han escamoteado...

- ¿Qué opinan de este certamen y cuáles son sus expectativas para la Bienal Centroamericana ? -

Otto: - Lo interesante de esta bienal es que es como un primer concurso, una especie de pre-eliminatoria, y al participar profesionales en la escogencia de los artistas, se torna más democrático y de mejor selectividad. En otras bienales han sido seleccionados a dedo y esta, en cambio, me parece más profesional. Que sea patrocinado por la empresa privada es importante, pues muchas veces el Gobierno no tiene presupuesto. Al interrumpirse la Bienal L&S, no se sabía a ciencia cierta qué estaba pasando en el arte costarricense.

Fabio: -Esta es la primera versión de Bienarte y al parecer está muy bien organizada, por lo menos en Costa Rica. Ha tenido muy buena acogida: 142 participantes, con dos o tres obras cada uno, y la premiación ha sido muy buena (es lo que dice la gente), y muy difícil, porque ha habido obras muy buenas que no han podido ser seleccionadas. Es importante que existan este tipo de eventos en Centroamérica pues es muy necesario un permanente acercamiento cultural.

Claudio: - A pesar de que son controversiales estos eventos, en el sentido de que mucha gente no queda conforme con los resultados, el número de participantes demuestra la ansiedad por ellos. El hecho de que la organización haya sido tan buena influye también, y claro, la posibilidad de la proyección hacia Centroamérica, e incluso, más allá.

Adrián: -Por un lado, reactiva el ambiente de los concursos a nivel internacional de una manera profesional. Ha sido un concurso bien organizado, con una muestra bien curada, que contó con un jurado muy fuerte que le da credibilidad nuevamente; eso me parece maravilloso. Después de la última bienal, la gente quedó muy insatisfecha; estaban como desgastadas las bienales... Ese espacio que quedó hizo que la gente se interesara. Lo de Guatemala me parece importantísimo para confrontarnos.

Vicky: -El estímulo que constituye este evento no es solo por la cantidad sino por quienes participan: personas de gran trayectoria nacional. Para mí, ha sido importantísimo verlos reunidos. El anuncio de que el jurado sería de calidad internacional influyó para que se animaran a participar. Lo maravilloso de esta Bienal es poder participar y conocer lo que se está haciendo en Centroamérica, pues entiendo que se nos va a ayudar a tener encuentros con los artistas de los otros países.

Alejandro: -Son oxigenantes y vitales por la confrontación que permiten. En cuanto a la Bienal Centroamericana, espero que no sea la primera y última y, desde luego, ¡que me premien la obra por allá...!

¿Identidad en el arte actual Costarricense?
- Aunque sus lenguajes son muy distintos, ¿podría hablarse de una plástica contemporánea costarricense? -

Fabio:- Me parece que el mundo de la plástica costarricense es un campo de cultivo muy fértil, en el cual hay distintas pequeñas parcelas, como los grabadores, los fotógrafos, pintores, escultores, dibujantes, artistas conceptuales…

Alejandro: -... Algunos más abonados que otros...

Fabio: -Algunos más jóvenes que empiezan; otros viejitos que siguen insistiendo en su mundo. Hay un sector bastante tradicional y otro más pujante que tiende a la vanguardia: Las generaciones más jóvenes son muy estimulantes para las anteriores. Hay también diversas instituciones y esto hace que haya confrontación, lo cual vislumbra un futuro muy interesante.

Otto: - La pintura contemporánea en Costa Rica se ha caracterizado en los últimos años por borrar el mito de que el pintor solo debe pintar: ahora es creador de inteligencia multidisciplinaria. Lo importante es su expresión, no el medio que utiliza. Hay una libertad absoluta de medios, lo que favorece la experimentación. También el hecho de que existan museos como el MADC (de Arte y Diseño Contemporáneo), que canaliza la última expresión vanguardista y revaloriza el diseño.

Vicky: - Preferiría pasar con lo de la identidad y las características propias, porque lo considero un tema complejo, digno de una mesa redonda, y no estoy segura de poder identificar cuál es la identidad actual en la plástica costarricense. No me atrevería.

Adrián: -Tal vez ese sea el sello de la contemporaneidad: la diversidad. Se ve en esta selección: hay de todo, tratado de distintas maneras, con diversa iconografía. A partir de los ochentas hay de todo como en botica. Hay pintores que hacen instalaciones y de noche trabajan en un restaurante...

Alejandro: -¡¿Quién es ese?!

Adrián: - No sé; dejáme inventar...

Alejandro: -Yo creo que lo que caracteriza a la plástica costarricense es que no tiene identidad... y es lo que caracteriza también al tico ahora: no hay una identidad del costarricense; ha variado tanto en los últimos años... El costarricense es muy voluble: con estar solo unos meses en un país extranjero ya viene con el acento de ese país... Eso es solo un detalle que identifica nuestra falta de identidad. “Lo bueno de esto es que el artista ha asumido su ser y no solo se dedica a pintar monótonamente”

Claudio: -Desde que uno se somete a un proceso de formación...

Alejandro: -Proceso de deformación querrás decir...

Claudio: -... le meten una estructura agónica de identidad costarricense. Cada artista crea conforme a su propia identidad; tratar de imaginar como un grupo por nacionalidad es imposible.

Vicky: -Tal vez por generación yo discrepo, pues sí creo que hay identidad. La pregunta es si te está reflejando en nuestra plástica.

Adrián: - Juan Luis Rodríguez lo dijo en un simposio sobre identidad: cada uno tenemos nuestra historia personal, en eso se va uno, en ese viaje, y expresa sus vivencias.

Fabio: -Yo creo en eso.

Muerte del arte?

- Hay críticos, como el neoyorquino Robert Hiughes, que hablan de la muerte del arte e incluso de que estamos en una época de ‘merde’ para este. Aquí en Costa Rica un crítico dijo que él antes aconsejaba a los artistas mirar hacia afuera, a lo que se hacía por el mundo, pero que ahora inferiría que solo miren hacia adentro...¿Qué opinan?-

Fabio: - Lo importante es el ser humano, sin importar su nacionalidad, ni credo, ni raza. Ahora estamos más libres para pensar y actuar como queramos. Cada día como artistas tenemos más libertad, más retos y cada día es más difícil ser un artista original, con un sello personal. Ahora cuesta encontrar grandes figuras, una gran personalidad y una gran fuerza, a pesar de que hay miles y miles de artistas.

Alejandro: - Lo que esos críticos dicen responde a las realidades de Estados Unidos y Europa, porque obviamente ellos han pasado por un proceso más fuerte, y están viendo anquilosarse sus fronteras artísticas. Por eso el arte latinoamericano se ha vuelto más atractivo; tiene propuestas más frescas, más interesantes y más baratas que sus monstruos sobrealimentados. El arte latinoamericano viene siendo la vanguardia fresca. Por lo menos está sano el arte.

Vicky: - Me entristecía que la bienal centroamericana fuera de tal naturaleza que pudiera ser confundida con una bienal de cualquier otra región. Concuerdo con el crítico que sugirió que era hora de ver hacia adentro, en vez de hacia afuera. Espero que el encuentro aporte elementos que apunten hacia la comprensión, redefinición y construcción de nuestra identidad. A mí me gustaría realmente pasar como una artista que contribuyó a construir identidad. La identidad es un proceso y tengo un profundo interés en ser identificada como artista costarricense.

Adrián: - Yo creo que si el artista busca su identidad, no está buscando lo folclórico, sino su memoria, su niñez, y va a expresar los elementos que caracterizan su memoria y su identidad.

Otto: - Estoy muy influenciado por mi niñez, Guanacaste. Trato de no perderme en un mundo de tanta información porque en principio la identidad del artista está relacionada con su infancia: el color de la tierra, el comportamiento humano, el entorno natural.

En el ojo de los otros

- Me gustaría que cada uno de ustedes opinara brevemente sobre el trabajo de los otros cinco ganadores.-

Fabio: - El trabajo de Alejandro Villalobos me parece muy llamativo; me llama poderosamente la atención la temática y el concepto con su nueva figuración. El de Claudio Fantini es un trabajo nuevo que denota muchas posibilidades como artista joven. El de Otto Apuy es muy característico de toda su evolución y está muy claro el interés por su propia identidad. “El de Vicky Cabezas me pareció tremendamente interesante por el tratamiento que le dio y la manera como la temática está camuflada, porque la obra es muy plástica y de elaboración muy rica. En el de Adrián Arguedas veo el poder que tiene con la figuración y la luz”.

Otto: - La obra de Claudio se relaciona mucho con algo que se había perdido que es la figuración, con elementos fuertes y lúdicos. En la obra de Fabio, hay un hecho poético, que siempre se ha reflejado en su obra. Hay elementos muy fuertes dentro de su abstracción y materialidad. “En la obra de Adrián es interesante cómo desde el grabado va a la pintura: es un artista contemporáneo que no se queda pensando ‘si yo fuera pintor cómo pintaría’. El caso de Villalobos siempre es una figuración fuerte, una reflexión del entorno caótico, con elementos poéticos y uso del espacio amplio, que hace más definitiva la figuración. Es antibarroco y anticomercial. “ La obra de Vicky prueba que la pintura no es solo sobre tela. Es una obra de gran sensibilidad y gran estética”.

Claudio: - No voy a hablar específicamente de ninguno. Aunque tal vez ellos no conocían mi trabajo, yo hace mucho tiempo observo los suyos. Lo curioso es que pese a la diversidad de la escogencia, creo que el conocedor de la obra de todos se da cuenta de que son artistas en búsqueda permanente. Aunque hay elementos que los identifican, la obra de ellos está progresando.

Adrián: - Yo coincido con Fantini. Todos estamos en trabajo constante de investigación; no es gente que se haya quedado en un lenguaje. Yo discrepo con Otto en cómo ve a Fabio: puede ser una poesía, pero es oscura; su obra es muy fuerte. “Imagino el trabajo de Otto, de Vicky y el mío en una dirección de recuperar cosas de nuestros pasados, de una cultura, con lenguajes muy diferentes. Lo de Alejandro Villalobos va directo a la cabeza. Lo pondría al lado opuesto de Fabio, trabaja para hacer relaciones y metáforas. Claudio también ataca más la cabeza, el pensamiento, no es tanto lo emocional, es algo que va dirigido a una interpretación más conceptual”.

Vicky: -Me encantó eso que dijeron Claudio y Adrián. Creo que en las diferencias encontraron algo en común entre todos. Si hay algo que nos caracteriza es la evolución constante." Adrián Arguedas, con el éxito que tuvo con el grabado, pudo quedarse ahí, pero tuvo la valentía de seguir en otro lenguaje y continúa explorando en grabado. Creo que evoluciona y enfoca sus materiales con otra visión. “Cuando vi la obra de Claudio pensé que era tremendamente madura para alguien tan joven. Hay muchos niveles de interpretación, y no puedo dejar de lado el interés plástico por su obra. “Sé que Alejandro no se va a ofender: su obra es muy agresiva. Cuando la veo me hago para atrás. Con Otto, me ha encantado también esa congruencia en su trabajo y cómo ha evolucionado el elemento de la jicara en su identidad. “Cuando veo el trabajo de Fabio, no puedo dejar de pensar en los años de trabajo que quedan en evidencia. No puedo dejar de lado que estoy frente a un artista muy, muy maduro”.

Alejandro: -El trabajo de Otto es como si viniera forjando una botella y ahora le pusiera el tapón a la botella. En el caso de Adrián, su obra pictórica es un giro muy beneficioso, para que no pierda el tiempo en el grabado, y nos demuestra de una vez por todas que él es un artista, sin importar el medio que decida. Intuyo que la pintura lo va a llevar a buen término; tiene la gran ventaja de que es bastante más joven que nosotros: es el comienzo de su carrera pictórica y todo parece indicar que va a ser muy provechosa. “Para mí, Claudio Fantini es el aporte a esta exposición por su juventud. Si yo hubiera tenido que dar un solo premio en esta Bienal, se lo hubiera dado a él. Los aportes, la calidad de lo que ha hecho, a su edad ninguno de nosotros lo había logrado. El tiene que salir de aquí, porque si no va a ser como un árbol que se cría en maceta: se ‘jela’. “En el caso de Fabio Herrera es muy poco lo que yo podría aportar: hoy por hoy es el maestro más joven que tenemos en pintura, lugar que se ha ganado por años y años de trabajo. Es el único artista costarricense representado por una galería de Nueva York de gran trayectoria, la Joan Pratts. “En cuanto a Vicky, me pregunto por qué, si puede hacer eso, expone solo cada cinco años.