Tarzaán

Alejandro Villalobos

Crítica

Paisaje , Pintura

Alejandro Villalobos El color es su obsesión

Por Elizabeth Romero | Agosto 1987

La inquietante búsqueda de expresiones, técnicas y temas. El paisaje rural, el urbano, de preferencia la casa del pobre, lo cotidiano y los detalles no pasan inadvertidos para el pintor Alejandro Villalobos.

En pintura, el color es su obsesión. El tema es la excusa y el color el resultado. En su trabajo le agrada utilizar todas las técnicas, porque se considera le suficientemente competente para hacerlo; el óleo, acrílico, acuarela, etc. Sin embargo, tiene predilección por el óleo y grabado, los cuales son importantes para expresar mejor su quehacer.

Esta tendencia se debe a que puede conseguir una fuerza en el color, puede utilizarlos casi como salen del tubo; en una pureza de un 100 por ciento, sin llegar a ser chillones o molestos a la vista. Le gusta la pastosidad del material, piensa que no sólo pinta sino que embarra en los pinceles y lograr de esa manera la textura que busca.

Su tema predilecto es la figura humana, aunque años atrás no lo tocaba porque no estaba capacitado además de que no tenia dominio sobre el dibujo.

Juzga que el dibujo es lo que respalda la obra de cualquier artista, es algo que no se debe separar.

Desde hace dos años trata la figura humana con más propiedad sin tantas restricciones económicas y de tiempo. La figura humana le sugiere expresividad, vivencia, sentimiento, sufrimiento. Todas se confabulan para dar la idea de presencia física de cada una de ellas, aunque a veces parecen maniquíes que no tienen comunicación entre sí.

Hay un interior en toda persona y trata de captarlo a través de gestos.

Su temática también es el urbano, porque vive en la ciudad, se empapa de lo que sucede alrededor, todo lo que hay lo ve con ojos críticos, pero sobre todo con ojos pictóricos.

Agrega, "Las cosas no son nada más lo que son, sino chispazos instantáneos de color". En cuanto a lo colores le gustan los fuertes porque le permite transmitir mejor su mensaje.

Alejandro Villalobos lo ve de esta manera: "La pintura es color y por lo tanto es lo que debe predominar y jugar". Debe ser la obsesión del artista, lo que siente, ya sea suave, fuerte, débil. La gusta la interacción del azul, verde, rojo. Con verde-rojo logra una armonía, un contraste que producen una sensación de movimiento visual, de impresión en la retina del espectador.

El azul le sirve para matizar esos dos colores, es una especie de catalizador entre la fuerza de los otros.

El paisaje urbano lo considera una etapa que le sirvió para el estudio de la forma, color, ambientación. Ahora le interesa más la figura humana, pero siempre dentro del tema urbano.

Alejandro Villalobos no se cataloga dentro de ningún movimiento, pero tiene inclinación hacia el expresionismo alemán. La manera en que utiliza los cobres corresponde a él; sin embargo está consciente de que no está descubriendo el color, pero sí lo está tratando de una forma diferente.

Lo que busca es lograr su propio lenguaje y espera que algún día sea reconocido así.

Villalobos se define como una persona muy inquieta por conocer más técnicas, estilos que le permitan asimilar, escoger lo mejor y encauzarlo hacia lo que quiere.

Su lema es "Vivir para pintar".

Alejandro Villabbos Cabezas nació en San José 12 de mayo de 1962. Estudió en la Casa del Artista, y el Colegio de Artes Plásticas de la Universidad Autónoma de Centro América.

Ha participado en exposiciones colectivas desde 1977, algunas de ellas son; en la Galería Jorge Debra Casa del Artista, Facultad de Arquitectura de la Universidad de Costa Rica y en la V y VI Bienal del Grabado en San Juan, Puerto Rico.

Su primera muestra individual fue en la Galería Post-.Arq. y para los meses de noviembre realizará otra en Instituto de Cultura Hispánica. Afirma el Sr. Villalobos que en nuestro país debe haber un cambio en cuanto idea que se tiene sobre la pintura.

No se debe entronizar a "ciertas personas" solamente. El movimiento de arte joven es muy fuerte, serio, constante pero necesita de la ayuda para seguir adelante. No se debe asfixiar, porque el artista no debe volverse una pulpería ambulante.